La nueva tendencia de pagar a los autores no profesionales de un vídeo por la difusión viral que se produzca me ha generado cierta curiosidad por la forma en que la plataforma online o la agencia de publicidad que promueve y distribuye el vídeo regula las condiciones en que ésta se produce. En la mayoría de los casos, el usuario particular que cobra una cantidad por la difusión de su vídeo, acepta las siguientes condiciones:
1. El autor conserva los derechos de propiedad intelectual sobre el vídeo.
2. El distribuidor conservará el vídeo en su plataforma mientras el autor no indique lo contrario.
3. Las cantidades cobradas serán proporcionales a las descargas o visualizaciones realizadas.
4. El distribuidor podrá convertir el vídeo a otro formato y añadir publicidad.
5. El distribuidor no podrá alterar el contenido del vídeo salvo en lo relativo al formato y la publicidad.
6. El distribuidor podrá difundir el vídeo directamente o a través de sus afiliados.
7. El distribuidor podrá potenciar el efecto viral de la difusión.
8. Si el usuario cancela la cuenta o revoca el consentimiento, el distribuidor deberá retirar el vídeo de la plataforma
9. El distribuidor no está obligado a solicitar la retirada del vídeo de otras plataformas de difusión
10. El autor no cobrará por la difusión que se produzca en a través de otras plataformas, foros, webs, redes P2P, etc.
El autor, por lo tanto, debe ser consciente de que cuanto mayor sea el efecto viral de su vídeo, la recompensa que obtendrá será a través de la popularidad y de los efectos positivos que ésta pueda comportar, pero los ingresos directos se obtendrán exclusivamente por las descargas o visualizaciones que los usuarios realicen directamente en la plataforma del distribuidor.
Por otro lado, el derecho español reconoce al autor el derecho moral del arrepentimiento. Es decir, si no está satisfecho con la obra, puede solicitar la retirada de la misma del mercado, con la consiguiente compensación. Es evidente que un video que ha sido objeto de una distribución viral difícilmente va a poder ser retirado de la red, por lo que el autor debe ser consciente también de esta circunstancia.