(Este post es la continuación del anterior y va referido exclusivamente a las descargas directas, desde servidores como Rapidshare, Megaupload, etc.)
Desgraciadamente Internet no es un refugio, ni un lugar de absoluta libertad. No es la cuarta dimensión, ni un país virtual. Internet no es Isla Tortuga, ni el ciberespacio, ni un lugar sin jurisdicción.
A mediados de los 90 los que, después de pasar por los 27 mhz, los 144 mhz, las BBS y Compuserve, explorábamos esta red, nos creíamos pioneros, colonizadores de un nuevo mundo, internautas... Pero hemos madurado y el sueño se ha roto. Internet no es otra cosa que un conjunto de ordenadores enlazados con cables y fibra óptica. Cada ordenador está ubicado físicamente en un país y sujeto a sus leyes. Cuando entras en Internet no te evades. Es pura imaginación. Sigues sentado en tu silla. En tu casa. En tu ciudad. No tienes un alter ego impune. Eres tú y estás en tu país.
Desde el punto de vista legal, hay 10 puntos que debes tener en cuenta cuando actúas bajo los efectos de una falsa percepción de Internet:
1. Para la red, tú eres un número que puede cambiar en cada sesión. Una dirección IP fija o dinámica que suministra mucha información. En especial, perfiles de conducta y contenidos.
2. Estos contenidos quedan albergados en un ordenador que está identificado con otra dirección IP.
3. Esta dirección IP pertenece siempre a alguien que esta sujeto a una leyes, aunque el servidor no lo esté.
4. Si buscas un servidor extranjero para eludir las leyes de tu país, es posible que eso sea utilizado en el futuro como prueba de tu mala fe.
5. Si buscas un servidor que no borre tus contenidos ilícitos cuando sea requerido para ello, olvídalo.
6. Si el "arrendatario" de esta IP no borra los contenidos ilícitos para eludir su responsabilidad, es posible que el "propietario" le obligue a hacerlo para no convertirse él en responsable.
7. Todas las direcciones IP están sujetas un rango jerárquico. Forman una pirámide en la que cada estrato está unido al superior mediante un contrato en el que se compromete a cumplir la ley y a no albergar contenidos ilícitos.
8. El afectado por un contenido ilícito solo tiene que acudir al nivel adecuado en la cadena jerárquica.
9. El componente territorial es absolutamente irrelevante. No hay paraísos informáticos.
10. Si subes contenidos ilícitos a la red y no los borran es simplemente porque el que tendría que preocuparse de ello está entretenido en conseguir leyes inútiles, basadas en la creencia de que Internet existe.
Los que desde el principio nos opusimos a redactar leyes específicas para Internet seguimos pensando que lo único que hay que hacer es aplicar las leyes existentes y las cláusulas contractuales que nos vinculan a todos. Desde el que contrata una línea de ADSL hasta el que asigna las direcciones IP. Si Internet fuese realmente un mundo aparte, el que asigna esas IP sería algo parecido a un Dios. Y no lo es.